lunes, 16 de abril de 2007

Antonio Porchia - Voces

El ir derecho acorta las distancias,
y también la vida.

Nadie entiende que lo has dado todo.
Debes dar más.

Donde hemos puesto algo,
siempre creemos que hay algo,
aunque no haya nada.

En mi viaje por esta selva de números
que llaman Mundo, llevo un
cero a modo de linterna.

Cuando no creo en nada,
no quisiera encontrarme contigo,
cuando no crees en nada.

A veces creo que el mal es todo
y que el bien es sólo un bello deseo
del mal.

Cuando me acerco a un alma,
no llevo el deseo de conocerla;
cuando me alejo, sí.

Lo que hice o no hice creo que
pasó. Y lo que haré o no haré
creo que también pasó.



Hace muchos, muchos años, mi tío me regaló este libro de aforismos, sin saber yo nada del género, o apenas habiéndome reído sobradoramente de Narosky. Compartimos con mi tío, entre algunas otras cosas, el amor por la literatura, la guitarra, la música, y fundamentalmente, por la poesía.

Y digo compartimos porque aunque él ya no está, están sus numerosas dedicatorias en mi mente y en los libros que aún conservo, como éste, donde esa sencilla frase "con cariño", es siempre en presente. O como la novena sinfonía, la cual no puedo escuchar sin recordar ese momento mágico de gozo compartido, a media tarde, solos en mi casa, con aquellos primeros CD digitales en mi equipo de música comprado con esfuerzo para eso, para compartir o vivir en soledad momentos mágicos de comunión, esos que nos enseñan que el ser humano es un ser divino y nos refuta por un instante nuestra total falta de creencias.

Salud tío, me alegra que participes de este blog, del mejor modo: haciéndonos mejores.

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