miércoles, 11 de abril de 2007

Carlos Drummond de Andrade - Secreto

La poesía es incomunicable.
Quédate torcido en tu rincón.
No ames.

Oigo decir que hay un tiroteo
al alcance de nuestro cuerpo.
¿Es la revolución? ¿el amor?
No digas nada.

Todo es posible, sólo yo imposible.
El mar trasborda de peces.
Hay hombres que andan en el mar
como si anduvieran en la playa.
No lo cuentes.

Suponte que un ángel de fuego
barriera la faz de la tierra
y los hombres sacrificados
pidieran perdón.
No lo pidas.



A veces, durante la elaboración del poema -si es que un poema puede elaborarse!; aunque podemos convenir en que fluye- el poeta vislumbra un poco más alla. Entiende de lo inútil, primero, de su tarea. Entiende de lo cínico, lo trágico, lo absurdo, de su alegría momentánea. A veces su mensaje es vital, claro, contundente; no siempre ocurre. Y sin embargo, el poeta es ciego de entendimiento, lo que vislumbra está teñido en primer término por su necesidad de pujar, de extraer de sí. Nada ni nadie puede impedir que sufra!

Yo creo que es bueno que sufra. Que sufra por él y por nosotros. Porque cuando se redime, cuando revive y nos invita y la comunión se produce, nos redime también. Y entonces, su dolor es su triunfo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah, no! llueve, hace frío,y encima me entero que los poetas deben vivir sufriendo para que de allí surja el momento masoquista de la felicidad pasajera que al fin de cuentas no es tal, porque el siempre desgraciado poeta está convencido del cinismo e inutilidad de su sufrimiento!!!!
No hay otras posibilidades para el poeta? NO HAY OTRAS POSIBILIDADES???
Pobre Andrade... lo bien que le hubiera sentado una buena terapia!

Saludos, Terrícolas dijo...

Mmmm, pero no te parece un poquito absoluta tu observación? Estamos hablando de un hecho artístico, y no podemos desconocer que tanto la locura como el infortunio son un poderoso motor. Nadie sostiene que sea el único; pero me parece noble encontrarle un buen fin.

En síntesis: el poema te gusta o no? Y ahora que estás con Dylan Thomas, también le hubieras recomendado una buena terapia en lugar de 18 whiskys...? Te amo. Yo.

Anónimo dijo...

Dylan Thomas... un maestro. Un poeta que transmite (me transmite) mucha fuerza, mucha garra, un tipo parado frente a lo doloroso, pero también frente a lo bello y lo sensual, siendo parte de todo. Si leés el modo en que describe las sensaciones que le provocaba tomar sus interminables cervezas (casi a lo Vinicius, salvando los continentes), te hacés un alcohólico feliz sin pensarlo dos veces. Y aún desde lo más terrible siempre la peleó, con su vida y por supuesto, con su obra. Imaginate que ni ante la inminencia de la muerte se dá por vencido: do not go gentle into that dark night es un canto a la lucha desde lo más desesperado, se lo escribe al padre que está por morir. O sea: no te rindas, ni ante la presencia de la muerte. Esto es la vida. No te rindas. Fantástico. Adoro a Dylan Thomas.

Mariana Porta dijo...

Tengo entendido que la locura paraliza y el alcoholismo atonta. Paradojalmente uno de los mejores poetas que he leído ultimamente es alcohólic y ... psiquiatra. Por otro lado la poesía es liberadora y por lo menos nos hace vestir nuestro dolor con elegancia ... pero como ¿leiste "Perla"? Se trata de eso un poco.



Bue ... quería ver tu blog ... por aquello de que no quería que soltaras la piola para no destejer la trama. Me encanta el contrapunto que hacen con "Anónimo" Me encantó tu blog. Vuelvo pronto.

Gracias por visitar Ialei